La diputada Flor Emilia Guerra, del Grupo Parlamentario de morena, participó en la jornada de celebración por los 25 años del Centro INAH Sinaloa, y expresó en su mensaje que la labor de esta institución fortalece la aplicación de políticas públicas orientadas a ampliar los horizontes culturales de los sinaloenses y combatir las subculturas nocivas.
La legisladora recordó que el Instituto Nacional de Antropología e Historia fue fundado hace ya 81 años, y es una institución que se ha consolidado como un pilar fundamental para recuperar y traer al presente las herencias culturales.
“Gracias al INAH sabemos que en México hay más de sesenta pueblos originarios y que las lenguas conocidas son casi cien. A diferencia de otros países del continente, en donde los conquistadores europeos encontraron una lengua común, en México el multiculturalismo fue, y es, un rasgo común. Tan sólo en el estado de Sinaloa se localizan cuatro grupos indígenas y sus respectivas lenguas, cuya preservación contribuye a completar el mosaico cultural de la geografía mexicana”, detalló la morenista.
Añadió que en este desafiante año 2020 es importante darse un espacio para festejar el 25 aniversario del Centro INAH Sinaloa, pues explicó que la creación y permanencia de este Centro a lo largo de los últimos 25 años, ha significado para nuestro estado acercarse al conocimiento de las raíces culturales de la región, de una cultura que nos identifica como sinaloenses, asociada a todo aquello que las generaciones pasadas construyeron.
Señaló que desafortunadamente al interior de la cultura sinaloense, como es en el caso de otros contextos, se presentan subculturas que les identifican y diferencian respecto de los demás. Un ejemplo de éstas fue la subcultura de los llamados “cholos” por allá en los años ochenta del siglo pasado, grupos de jóvenes urbanos, de sectores marginados, quienes desarrollaron un lenguaje propio, así como una manera de hacerse presentes a través de grafitti con una caligrafía particular.
“Hoy día, una subcultura asociada a una actividad de las llamadas giros negros en la economía, el narcotráfico, se hace presente y cobra carta de naturaleza en el entorno sinaloense; me refiero a la llamada narcocultura, la cual logra imponerse por el poder económico que innegablemente le acompaña, haciendo valer una ética y una estética propia”, comentó.
Explicó que entre las manifestaciones culturales que le son propias a esta subcultura se cuentan los narcocorridos, que cuentan historias de asesinatos y enfrentamientos, donde la vida humana es lo último que cuenta; interesa resaltar el poder, la riqueza, los bienes obtenidos, entre ellos las mujeres como objeto o trofeo.
“Queda clara la dificultad para enfrentar el poder de penetración de esta subcultura; sin embargo, es justamente ahí donde la labor de instituciones como el Centro INAH Sinaloa, pueden contribuir fortaleciendo la aplicación de políticas públicas orientadas a ampliar los horizontes culturales de nuestros jóvenes”, expresó.
“Programas como el de Jóvenes Construyendo el Futuro y el de Becas Benito Juárez son, desde luego, necesarios, pero no suficientes. La sociedad toda debemos colaborar en la restauración del tejido social y, para ello, es indispensable el acercamiento a nuestras raíces, a nuestra identidad como un pueblo que ha vencido adversidades naturales y sociales”, añadió para concluir.

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