Estimadas Diputadas
Apreciados Diputados:
De Alberto Cortez, imaginen su canto:
Cuando un amigo se va
Queda un espacio vacío
Que no lo puede llenar la llegada de otro amigo
Cuando un amigo se va
Queda un tizón encendido
Que no se puede apagar ni con las aguas de un río…
Nuestro diputado Ocadio García Espinoza ya descansa el silencio sepulcral. Su muerte nos dejó recuerdos, muchos, y nos dejó dolor, tristeza; también nos legó un testamento político, de esos que no requieren de Notario Público: faenar por el campo, por un México de justicia y democracia social. Ocadio lo sabía, sabía del cambio que representa la presidencia de Andrés Manuel López Obrador; fue protagonista del cambio, como igual sabía que esto apenas empieza. Estamos en el camino de la Transformación social del país.
No tengo dudas que de esta transformación surgirá un nuevo modelo de desarrollo rural soporte de la soberanía alimentaria de México asegurando la rentabilidad social para los productores agrícolas, especialmente los campesinos, los auténticos campesinos. Se trata de un nuevo modelo que restituya el sector social de la economía rural, el ejido y la auténtica pequeña producción. Ocadio lo sabía, desde las reformas del artículo 27 de la Constitución General de la República, los ejidatarios fueron despojados de sus tierras, la gran mayoría; más del ochenta por ciento de la tierra ejidal en Sinaloa está rentada, muchas hectáreas se han vendido, incluso hay ejidos completos que se vendieron. Nuevos latifundistas que rentan parcelas han surgido. El campo sinaloense fue entregado a los intereses de los grandes monopolios de la agricultura en el mundo. Muchos agricultores de los que rentan parcelas se han convertido en peones de los agronegocios del mundo. La baja rentabilidad del campo se explica, estructuralmente, por la transferencia de la misma al extranjero vía costos de producción. Todo en un contexto de subordinación de la agricultura a las dinámicas del mercado mundial de granos. Los agricultores lo saben; es necesario que eleven la mirada a otra perspectiva. Otro campo es posible.
Esta bandera es el legado del Diputado Ocadio García Espinoza, nuestro diputado de sombrero y paliacate, orlas propias de un campesino.
La nostalgia, la tristeza, por la muerte del diputado García Espinoza–tu muerte, amigo Ocadio- hoy nos da fuerza para humanizar la soledad, el silencio que nos dejas, y al humanizar el vacío que nos heredas, rendimos homenaje a la vida, a tu vida, compañero / compañero que hiciste de la nobleza de la cuna campesina esencia de tu ejercicio en el trato conmigo, y estoy segura que con las demás compañeras y compañeros también. Nuestro Cayo, siempre noble. Siempre sonriendo.
La vida sigue. Sin maíz no hay país.
La ficción alivia el alma. Nutrirse de ficción es necesario para alimentar las manceras de los arados campesinos, y seguir, seguir en las faenas del campo, abrir otras besanas, cultivar la milpa, y así, golpe a golpe, verso a verso, faenar por la justicia social. Es el camino, compañeras, compañeros; con tu muerte, Ocadio, la vida en homenaje a la vida, clausuro tu dolor, la muerte, tu muerte.
Cuando un amigo se va, nos deja su silencio y su voz, y en ecos se mantienen vivos, vivos en la lucha de todos, la lucha por la justicia y la libertad. Lo sé, lo sabemos, no vuelve la noche, nada retorna del silencio de la muerte, eres polvo en la tierra profunda, eres eco en el tiempo. La vida sigue.
En la Madre Tierra que alberga tus recuerdos, y testimonia tu presencia por este mundo, larva ya la semilla de tus cultivares, justo por ello, hago énfasis en la enseñanza de tu vida, tu vida de campesino de sombrero y paliacate.
Fuiste, eres, de los campesinos que supieron mantener viva la herencia del General Zapata: diversificar las actividades productivas, labrar la tierra y cultivar la política, la política humanamente comprometida por amor al prójimo, rutas que abren camino a la lucha por el poder, el poder político para hacer posible la justicia.
Todos en la vida cometemos errores, a veces, tomamos caminos errados, pero esos, ante la muerte, orlan tu silencio, y esas dimensiones las dejamos para otras lecturas de la historia. Nuestros corazones laten por tu memoria, compañero Ocadio, amigo, diputado.
Jaime Sabines nos dijo:
Me encanta Dios. Es un viejo magnífico (…) Sabe que el pez grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la pequeña, que el hombre se traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para que la vida –no tú ni yo–, la vida, sea para siempre.
La poesía acera el alma. Parafraseando al poeta me pregunto:
¿Para qué sirven los versos si no es para esa noche en que un puñal amargo nos averigua, para ese día luctuoso, para qué sirve si no es para ese rincón roto de nuestros corazones?
La poesía acera el alma, bien vale entonces reiterar nuestro homenaje al Diputado Ocadio García Espinoza con un poema del Rey de Texcoco:
Yo Nezahualcóyotl lo pregunto:
¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra?
Nada para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.
Aunque sea de jade se quiebra,
Aunque sea de oro se rompe,
Aunque sea plumaje de quetzal se desgarra.
No para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.
¡Viva el diputado campesino, el diputado de paliacate y sombrero!
¡Viva Ocadio García Espinoza!
Culiacán, Sinaloa, 2 de junio de 2020.
DIP. GRACIELA DOMÍNGUEZ NAVA
PRESIDENTA DE LA JUNTA DE COORDINACIÓN POLÍTICA
DEL H. CONGRESO DEL ESTADO DE SINALOA.
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